viernes, 22 de marzo de 2013

La Autoestima.


Tomado de Mejora Emocional.

La autoestima es una percepción subjetiva sobre el valor que tenemos en la vida (que incluye nuestra manera de ser, nuestro cuerpo, nuestro merecimiento de cosas buenas y malas, entre otras cosas). Esta percepción es de suma importancia, ya que basamos nuestras conductas en el grado de autoestima que tengamos.
También es lo que perciben las demás personas de nosotros y por ende, nos tratan en consecuencia.
Por esto, la autoestima influye en nuestras decisiones. Se habla mucho de tener “la autoestima por el suelo” o bien alta. Quien dice, por ejemplo, que no se separaría de su pareja, porque “quién me va a querer” o “dónde voy a encontrar a alguien para mí” está basando su decisión de continuar la relación con esta persona en una autoestima baja – nada bueno puede resultar de una percepción semejante. Asimismo, la gente con baja autoestima suele ver el vaso “medio vacío”, piensa que no hay soluciones favorables (¡son solo para los demás!) y cree que lo mejor nunca sucede – si este es tu esquema mental, buscarás validarlo en el afuera.
La buena noticia es que la autoestima se aprende y se puede mejorar. La que tenemos de pequeños es la inculcada o copiada de nuestros padres y mayores, y también la que sumamos con nuestra experiencia. De ahora en más, puedes tener la autoestima que desees: es tu responsabilidad.
¿Cómo aumentar tu autoestima? Cambiando las creencias que te limitan. Primero, prueba hacerlo de manera consciente, o sea que cada vez que te dices algo que te tira “para abajo”, neutralízalo con pensamientos positivos… con el tiempo, se transformará en algo automático. También, evita las generalizaciones.  Si tienes la tendencia a hacerlo, deja que entre una pequeña luz en lo que piensas, cambiando “siempre” o “todo” por “algunas veces”. Dedica unos días a cambiar estos pensamientos y verás tu autoestima elevarse a niveles impensados.
ALGUNOS EJEMPLOS:
En vez de decir “nadie se fija en mí”, di: “alguien puede fijarse”.
Cambia “no hay trabajo” por “algunas personas encuentran trabajo y yo puedo ser una de ellas”.
“No valgo nada” por “valgo mucho para algunas personas”
“Siempre hago todo mal” por “algunas veces las cosas me salen bien y otras no, como a todos”
“No soy bueno poniendo límites” por “cada día mejoro los límites que pongo”
“No soy inteligente” por “Soy inteligente para varias cosas”
¿Qué frase relacionada con tu autoestima mejorarás hoy?

http://www.mejoraemocional.com/general/la-autoestima/

Cambia de color ¡y mejora tu vida!


Artículo publicado por Merlina Meiler.


[Honestamente, esto es algo que nunca he visto que funcione, pero intentarlos no nos perjudica en nada].


Suele decirse que para modificar una situación problemática, hay que mirarla desde otro punto de vista. Esto es real, pero, ¿qué se puede hacer cuando estamos tan metidos dentro del problema, que nos cuesta mucho salirnos de nuestra posición subjetiva para observar lo que sucede, desde afuera? Te propongo algo bien simple, que da un resultado espectacular: un cambio de color.
Te explico brevemente de qué se trata: las submodalidades son los matices que tienen las cosas que vivimos. Pueden ser visuales (colores, formas), auditivos (sonidos) o sensoriales (sentimientos). Al modificar estos matices, cambia la representación interna de las cosas. Esto quiere decir que, por ejemplo, si un recuerdo te perturba, al cambiar tu representación interna, modificarás tu relación con ese recuerdo, ¡y dejará de molestarte!
¡Manos a la obra! Quiero que, en este momento, pienses en eso que tanto te molesta o te duele. Esa situación que se abre paso solita en tu mente, y no sabes qué hacer ni cómo comportarte. Quiero que, por última vez, la rememores tal cual es, con todos los detalles que puedas, durante un par de minutos. Fíjate si tiene sonidos asociados, voces, perfumes, sensaciones. Todo lo que aparezca, estará bien.
Ahora, mientras respiras tranquilamente en este lugar seguro donde estás leyendo este artículo, quiero que veas cómo esta situación empieza a perder color. Los bordes se van desdibujando, paulatinamente, el brillo se va apagando más y más, las formas se entremezclan, todo se va tornando blanco y negro, predomina el gris, y además, el sonido se va apagando hasta quedar totalmente callado.
Tómate el tiempo que necesites para hacer esto: es una inversión en tu calidad de vida.
Cuando visualices la escena en gris, ve sacándole el color hasta que quede en blanco, lo más posible. Con serenidad. Ahora, sobre lo poco que quede de la imagen anterior, imagina algo lindo que deseas que pase, con colores hermosos, formas nítidas, sonidos bellos, una sensación de felicidad interna, mientras respiras pausadamente. Quédate disfrutando de esta nueva imagen, ampliada, todo el tiempo que desees.
Espero que me escribas y me cuentes cómo te va hoy, mañana y en los días siguientes, con respecto a la situación modificada. ¡Este ejercicio da resultados maravillosos!

Tome el control de la situaciones estresantes.


Tomado de Mejora Emocional, de Merlina Meirler.

revista-blog
Haz click sobre la imagen para verla en grande
A continuación puedes leer el artículo completo…
Tienes que enfrentar una situación que te provoca estrés. Tal vez finalmente te decidiste a aprender a manejar, estás a punto de asistir a una reunión importante en la oficina, tu pareja se enojó contigo y sabes que van a discutir, o tienes que presentarte a un examen. ¿Cómo vencer esa sensación de agobio que te paraliza, quitándote objetividad y provocando distintas reacciones psicosomáticas? Solo ten en cuenta que debes dirigir tus esfuerzos a combatir los enemigos de la excelencia.
Algunas veces trataste de dilatar el momento temido, te distrajiste, buscaste excusas para evadirte. Todo esto solo sirvió para aumentar la tensión y el malestar, por lo que estabas menos preparado para el gran evento. Lo primero a tener en cuenta es decidir que vas a enfrentarte al momento que se avecina, con una actitud renovada. Al tomar la decisión que vas a transitar por esa situación de la mejor manera posible, estarás centrando tus energías para estar bien dispuesto y dar lo mejor de ti utilizando todas tus capacidades al máximo: esto es excelencia.
En el proceso de comunicación empleamos tres canales de percepción, el visual, el auditivo y el sensorial. O sea, lo que vemos, lo que oímos y lo que sentimos están en juego al relacionarnos con otras personas. Hay tres enemigos de la excelencia, y cada uno está relacionado con el canal predominante en el momento de realizar una acción.
Identifica quién es el enemigo
El enemigo visual consiste en tener una visión demasiado estrecha, ya que no nos permite ver distintas opciones para el buen manejo de la situación. Si cuando llega el momento de verte frente a frente con esa situación de estrés se te presentan imágenes, ¿qué ves? ¿Qué color tienen? ¿Son nítidas o borrosas? ¿Rápidas o lentas? ¿Son actuales o de cuando eras más pequeña? ¿Quiénes más aparecen en estas imágenes? ¿Son imágenes reales o creadas?
El exceso de diálogo interno es el enemigo auditivo, son las voces internas que nos dicen cosas y nos dificultan o impiden concentrarnos. ¿Qué escuchas al hallarte en estas circunstancias? Voces, ¿qué dicen? ¿Cómo son? ¿De dónde provienen? ¿Son tuyas? ¿De quiénes son? ¿Puedes escuchar la tuya en medio de ellas? ¿Qué dices? ¿Qué te responden?
El exceso de tensión es el enemigo sensorial, que puede manifestarse como un síntoma físico o psíquico, y también como una gran incomodidad. ¿Sientes angustia, miedo a algo en particular, inseguridad? ¿Recuerdas a algún miembro de tu familia que tenga reacciones similares? ¿Alguna de las personas que cumplieron un rol importante en tu crianza te restringió demasiado, o te desvalorizaba, haciéndote sentir que: “Nunca lo lograrás”, “Eres un inútil”, o expresiones parecidas?
Todas estas preguntas están relacionadas con el hecho de que habitualmente copiamos nuestros patrones de comportamiento de otra persona, por lo general, de manera inconsciente. Sin lugar a dudas, clarificar el origen de tu forma de lidiar contra las situaciones estresantes modificará tu actitud hacia ellas, ya que podrás decidir tu modo propio de hacerles frente y sacar a relucir todas tus capacidades.
¡Apuesta a ganar la batalla!
Como ayuda extra, verifica cuál de los enemigos de la excelencia se presenta más asiduamente en ti, o tiene más fuerza: lo sabrás luego de haber contestado las preguntas anteriores.
Si es el enemigo visual, imagínate en la situación de estrés como habitualmente te ves. Ahora, oscurécela y defórmala hasta que resulte irreconocible. Sobre ella, visualízate como realmente te quieres ver al enfrentar esa situación, ponle mucho brillo y colores alegres a esta imagen.
Si el enemigo es auditivo, ponle a las voces que se te presentan el tono de algún personaje divertido, por ejemplo, el pato Donald o tu caricatura preferida de cuando estabas en la escuela. ¡Es divertido hacerlo y el resultado será asombroso!
Por último, si el enemigo de la excelencia es sensorial, antes de enfrentarte al momento que te genera tensión, cierra los ojos un instante (aunque para ello tengas que ir unos segundos a otro sitio) e imagina que estás en tu lugar favorito de vacaciones. Llénate el espíritu de la energía del lugar y de todas las cosas agradables que te transmite, piensa que guardarás esta sensación tan especial dentro de ti durante varias horas… ¡Y adelante! De ahora en más ya puedes desenvolverte con toda tu excelencia y lograr resultados sorprendentes.

http://www.mejoraemocional.com/superacion-personal/toma-el-control-de-las-situaciones-estresantes/

miércoles, 20 de marzo de 2013

Relaciones Tóxicas.

Tomado de:Terapia de Pareja.

Cuando hablamos de relaciones tóxicas lo primero que solemos pensar es en una mala gestión emocional de pareja, pero en realidad este tipo de relaciones se dan en cualquier ámbito social, como puede ser el de una amistad o el familiar. Se trata de relaciones que enganchan, sentimos como que quedamos atrapados en una red negativa de la que nos es muy difícil salir.

¿QUÉ SE CONSIDERA UNA RELACIÓN TÓXICA?

Si a ratos preferirías no estar con esa persona porque te hace sentir mal, porque tu vibración cambia, porque te alteras hasta puntos que nunca creíste llegar, si te sientes manipulado cuando utiliza los sentimientos de culpa, sarcasmo o ironía para contradecirte, si sientes que no mereces ese trato pero no acabas de poner fin a esta relación, entonces estás atrapado en una relación tóxica.

En definitiva se trata de una relación donde una o ambas partes sufren, más que gozan, por el hecho de estar juntos. Los miembros se ven sometidos a un gran desgaste emocional con el objetivo de convencerse a ellos mismos que pueden salvar esta unión.

Al tratar de acomodarnos a la otra persona lo que hacemos es desvirtuar la realidad ¿En qué sentido? Nos convencemos a nosotros mismos que si no mostramos malestar sobre ciertos aspectos que nos incomodan, evitaremos una nueva confrontación. ¿Pero que pasa cuando llegamos al autoengaño? Que nos enfermamos física y emocionalmente. No olvidemos que la represión emocional provoca ansiedad y estrés.

Por otro lado empiezan los problemas de comunicación, si no nos mostramos como somos ¿cómo nos van a entender los demás?, por lo que todo este conjunto de malestares acaban pasándonos factura.

Las RAZONES por las que podemos mantener una relación tóxica pueden ser muy diversas, pero casi todas tienen una serie de puntos en común, los cuales pasaré a detallar a continuación:

BAJA AUTOESTIMA

¿Qué es la autoestima? Es un conjunto de percepciones, valoraciones y sentimientos que hacemos con respecto a nosotros mismos. Se considerará baja cuando nuestras creencias estén basadas en no ser merecedores de algo mejor, por lo que en el caso de este tipo de relaciones se tiene la idea de que no podemos estar sin esa persona porque ella es la que siempre ha estado ahí para ayudarnos en todo. Empiezan las preguntas recurrentes como ¿quién me va a cuidar? ¿quién me va a amar? ¿quién me va a animar a seguir adelante?.

CREER QUE SOMOS LA SOLUCIÓN A SUS PROBLEMAS

Por el contrario podemos tener la sensación de que nosotros somos salvadores de esa persona, que podemos calmar sus malestares y conseguir que vea la realidad desde otro punto de vista idóneo para ambos. Se fantasea con el hecho de que hemos llegado a su vida para hacerlo cambiar, que con nosotros la cosa será diferente. Esto provoca mucha frustración y mucho sufrimiento, ya que hemos basado nuestra relación en unas expectativas poco reales, en vez de basarla en el aquí y ahora.

Si bien es verdad que se pueden cambiar rasgos de personalidad en la otra persona, esto sólo sucederá cuando ésta esté dispuesta a cambiarlos y no antes. Por lo que el deseo de mejorar la vida del otro no tiene que significar que el otro la quiera mejorar, es ahí donde se produce la frustración. No podemos cambiar el entorno, pero si la actitud con la que nos enfrentemos a él.

YO SOY LA VÍCTIMA EN ESTA HISTORIA

Llegamos a creernos las palabras hirientes que nos dicen y pensamos ¿quién nos va a querer más que él/ella?. Si tan mala persona soy y no me merezco nada, ¿cómo voy a dejar esta relación con la suerte que he tenido de dar con alguien que si me aguante?. Ese miedo a quedarnos solos y pensar que tenemos lo que merecemos, es lo que acaba siendo más limitador. Una vez más aparece la inseguridad.

DEPENDENCIA EMOCIONAL

Tratamos de suplir carencias afectivas, pretendemos que el otro nos de lo que nosotros mismos no somos capaces de gestionar. Esta sensación en ocasiones nos lleva a mendigar cariño y es cuando empiezan los desencuentros emocionales.

MIEDO A QUEDARSE SOLO

Quizás esta sea la característica más común, ya que por miedo a no quedarnos solos toleramos cualquier tipo de relación, aunque ésta nos haga sentir mal. Pero lanzo una pregunta al aire ¿no es peor la sensación de estar sólo aún estando acompañado?.

No hemos de confundir soledad con desolación, la soledad es un estado en el que la persona encuentra la paz interior, la desolación es sentir esa carencia de no estar acompañado de alguien que consideramos nos aporta lo que nosotros no sabemos gestionar.

MIEDO A LO QUE ESTÁ POR VENIR

Otras personas se acomodan dentro de esta relación, por mucho malestar que les aporte, por miedo a seguir adelante con su vida y abrir nuevos caminos. Es lo que supuestamente se conoce como zona de seguridad, aunque en este caso es una seguridad ficticia.

¿CÓMO GESTIONAR UNA RELACIÓN ASÍ?

Trabajando la autoestima, estableciendo límites al malestar y aprendiendo a comunicarse asertivamente.

Una cosa está clara, el amor no es malestar, ni dependencia, ni miedo, es libertad y satisfacción. Si no sentimos eso, entonces no es amor.

Terapia de Pareja.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=494075707326722&set=a.215629511838011.55992.211524768915152&type=1&relevant_count=1

lunes, 18 de marzo de 2013

Cuando Hablo de Amor.



No hablo de estar enamorado cuando hablo de amor,

no hablo de sexo cuando hablo de amor,
no hablo de emociones que sólo existen en los libros,
no hablo de placeres reservados para los exquisitos.
No hablo de grandes cosas.

Hablo de una emoción capaz de ser vivida por cualquiera,
hablo de sentimientos simples y verdaderos,
hablo de vivencias transcendentes pero no sobrehumanas,
hablo del amor tan sólo como querer mucho a alguien.

Pero, ¿qué estamos diciendo cuando decimos “Te quiero” ?
Yo creo que decimos: “Me importa tu bienestar”.
Nada más, ni nada menos.

Cuando quiero a alguien, me doy cuenta de la importancia
que tiene para mí lo que hace, lo que le gusta y lo que le duele “Te quiero” significa, pues, me importa de ti;
y “te amo” significa me importa muchísimo.

Y tanto me importa que, cuando te amo, a veces priorizo
tu bienestar por encima de otras cosas que también
son importantes para mí.

Esta definición conducirá a la plena conciencia de dos hechos: no es verdad que te quieran mucho aquellos a quienes no les importa demasiado tu vida, y no es verdad
que no te quieran los que viven pendientes de lo que te pasa.

Repito: si de verdad me quieres: ¡te importa de mí!
Y por lo tanto, aunque sea doloroso aceptarlo,
si no te importa de mí, será porque no me quieres.

Esto no tiene nada de malo, no habla mal de vos que no me quieras, solamente es la realidad, aunque sea una triste realidad.

Hay muchas cosas que yo puedo hacer para demostrar, para mostrar, para corroborar, confirmar o legitimar que te quiero, pero hay una sola cosa que yo puedo hacer con mi amor, y es quererte, ocuparme de vos, actuar mis afectos
como yo los sienta. Y como yo lo sienta será mi manera de quererte.

Tú puedes recibirlo o puedes negarlo, puedes darte cuenta
de lo que significa o puedes ignorarlo supinamente.

Pero esta es mi manera de quererte, no hay ninguna otra disponible.

Querer y mostrarte que te quiero pueden ser dos cosas distintas para mí y para ti. Y en estas, como en todas las cosas, podemos estar en absoluto desacuerdo sin que necesariamente alguno de los dos esté equivocado.

Cuando alguien te quiere, lo que hace es ocupar una parte de su vida, de su tiempo y de su atención en ti. Cuando alguien te quiere, sus acciones dejan ver claramente cuánto le importas.

Yo no creo que el amor sea un espacio de sacrificio.
Yo no creo que sacrificarse por el otro garantice ningún amor, y mucho menos creo que esta sea la pauta que reafirma mi amor por el otro.

El amor es un sentimiento que avala la capacidad para disfrutar juntos de las cosas y no una medida de cuánto estoy dispuesto a sufrir por ti, o cuánto soy capaz de renunciar a mí.

A medida que recorro el camino del encuentro, aprendo a aceptar que quizás no me quieras.

El afecto es una de las pocas cosas cotidianas que no depende sólo de lo que hagamos nosotros, ni exclusivamente de nuestra decisión, sino de que, de hecho, suceda. Sucede o no sucede, y si no sucede, no hay manera de hacer que suceda, ni en mí ni en ti.

Si me sacrifico, me mutilo, y cancelo mi vida por ti, podré conseguir tu lástima, tu desprecio, tu conmiseración,
quizás hasta gratitud, pero no conseguiré que me quieras,
porque eso no depende de lo que yo pueda hacer.

No sólo no podemos hacer nada para que nos quieran,
sino que tampoco podemos hacer nada para dejar de querer.

JORGE BUCAY

viernes, 15 de marzo de 2013

Lo que no debes hacer al momento del acto sexual.


[SEGUNDA PARTE].
Continuamos con la enumeración que hizo Rod Phillips sobre las cosas que NO debes hacer a la hora de estar en la cama con tu pareja.
11. Tirar el condón al suelo: Por FAVOR una vez que ya se haya terminado con toda la acción y la lechita este en el preservativo, llévalo por FAVOR a la caneca de papeles de baño o donde arrojes la basura.
12. El pene como única atracción. Bueno la verdad es que es delicioso, pero lo es lo único que hay en esa zona para explorar. Si te pegas a él todas las veces que tengas sexo como lo haces con los pezones, te juro que a tu pareja sexual no le va a encartar de a mucho.
13. Parar cuando estas al 100% de lo mejor. Terrible, ese momento de placer máximo y que lo lleguen a dañar es como para un infarto.
14. Idiotizarse a la hora de quitar la ropa. No falta el que no encuentra el botón, no falta el que se enreda quitando el pantalón y peor aún el que hace un movimiento tosco, llegando a pegar sin querer pero causando alguna lesión.
15. Quitarte la ropa de forma ridícula. Siempre ten en cuenta que frente a tí hay otra persona. Ojo que pasar de lo cómico a lo patético hay una línea muy delgada.
16. Meterle el dedo en el ano antes de que esté preparado.
17. Intentar penetrar varias veces sin éxito, en la oscuridad. Aquí podemos decir trágame tierra!!! No se está pidiendo ser un gurú en el sexo, pero si has hecho el intento y no se puede pues ayúdate encendiendo la luz o que el otro lo lleve al “gap of glory”
18. Meterlo y empujarlo demasiado fuerte. Cuidado. No es un juguete con quien estas teniendo, empieza suave y al pasar un rato la lubricación y el placer darán sus frutos.
19. Eyacular muy pronto. Pues puede ser un problema o puede que sea el no controlar el nivel de excitación.
20. Perder la erección al ponerse el preservativo. Es muy chistoso pero dan unas ganas de ahorcarlo, a el por bobo, y al otro por intolerante.

Lo que debes evitar a la hora del acto sexual.



El profesional consejero de una célebre página de internet de consultores sexuales Sex and Relátionship, Rod Phillips, enumero 50 cosas que se deben evitar a la hora de ir a la cama con tu pareja. Al comenzar a leerlas te darás cuenta que son cosas de lo más común, pero que muchas veces no tenemos en cuenta.
Hoy quiero compartirles 10 de las 50 cosas que No debes hacer:
1.       Saltarse los prólogos e ir directo al grano. Que feo cuando esto sucede, es mejor pecar por cursi y cumplir,  primero con los cariñitos, luego el jugueteo y al final la diversión.
2.       Besar con brusquedad y sin sensibilidad: la pasión está bien, pero con calma. Horrible cuando esos besos van con dientes incluidos y logran a veces  pegarse a los del otro y se friccionan.
3.       Ser demasiado brusco al tocar las zonas erógenas (son todas aquellas de mayor sensibilidad y que dan gusto sexual).  Recuerda que nuestro pene como nuestro ano son las áreas con mayor sensibilidad. NO son músculos como los del brazo, pecho o espaldas los cuales se pueden hasta morder.
4.       Olvidar las caricias. No corras tanto o te enloquezcas a la hora de estar frente a otro hombre, las caricias son primordiales y evitaran una mala juagada, como por ejemplo una eyaculaciónprecoz.
5.       Engancharse de primera a los pezones de tu amante. Es divertido, pero antes debes haber explorado su aureola y el resto del pecho. Es terrible engancharse como “un ternero en la teta de la vaca”
6.       Morder el lóbulo de la oreja.  Es sexy? Sí…, pero puede que tu pareja no piense lo mismo. Duele.
7.       El chupetón en el cuello; no es recomendable para chicos mayores de 18. Ya no somos niños que corremos y jugamos al escondite con beso. Somos adultos y tenemos una  decencia que demostrar, además, es de mal gusto.
8.       Hacerlo sin afeitarse. Quizás se ve muy atractivo pero pincha. Pues aquí depende mucho de lo excitante que se siente. Todos tenemos gustos diferentes.
9.       No limpiarse antes del sexo. sin llevarlo al límite, pero sexo con un pene o un culo limpio es delicioso. Que feo que haya -malos olores- o encontrarse algo no esperado.
10.   Meter tus dedos bajo su ropa interior y tocar antes de que esté preparado. La ansiedad mata y una acción de esta es demasiado incomoda. NO es un rapidito el que te estas echando. Es placer sexual o en otros casos “hacer el amor” que lleva tanto su tiempo como su ritmo.
Espero que te sirvan y evalúes que haces tú o tu pareja mal en la cama, y empiecen a relacionarse mucho mejor.
Daniel Fragoso, Terapeuta.