jueves, 29 de diciembre de 2011

Prenupciales psicológicos.



Considerando el tiempo en el que me dedicaba de lleno al ministerio, y que me desenvolvía como consejero espiritual, más el tiempo que llevo como terapeuta transpersonal, he notado una causa recurrente que empuja a los clientes [1] (o mejor dicho a las clientas) a acudir a mis asesorías.

Casi todas mis consultantes [1], por decir su totalidad, son mujeres que se encuentra en un rango de edad de entre los treintas a los cuarentas. Todas, dentro de su historia de vida [2] desarrollan problemáticas de pareja el cual es el factor, determinante o a veces coadyuvante, que las impulsa a buscar ayuda con la Terapia Transpersonal, cuando otras corrientes de la psicología no les han resultado satisfactorias.

En el primer lugar de los casos, como es de adivinarse, tenemos el alcoholismo como causante de la disfunción familiar. En la mayoría de los casos es el conyugue varón el que la padece. En el segundo de los casos, hay incompatibilidad de caracteres entre los conyugues; los cuales salen a relucir hasta después de un promedio de diez años de matrimonio y por lo menos dos hijos en edad de escuela.

Antes de comenzar el día, me gusta analizar un poco algunos patrones de la conducta humana, tanto colectivos como los de consulta. También, tal como lo proponen diversas corrientes orientales (zen y budismo chino principalmente) soy muy dado a la auto-observación y a la autoanálisis. Esto me da la suficiente claridad mental para recurrir a ideas creativas que se transformen en propuestas que ayuden a las personas en su búsqueda por la salud (e higiene) mental y emocional que andan buscando.

Sin embargo, toda esta semana, de relativa calma y descanso, una idea ha andado revoloteando indomablemente por mi cabeza, y creo que necesita salir y transformarse en propuesta.
En la segunda mitad del año, en la Asamblea del Distrito Federar, surgió una propuesta que me pareció bastante interesante (no por ello muy madura). Esta sugería promover un contrato matrimonial vigente por dos años, con opción a renovarse.

Si tratamos de ser honestos. Tiene sus ventajas. La mayoría de los que tenemos un abominable pavor subconsciente al compromiso, a los pocos días de irnos a vivir con la pareja ya sentimos los pasos de la muerte, porque nadie podrá decir lo contrario; lo más difícil es el proceso de adaptación a la pareja. A riesgo de errarle y de sonar muy poco científico, por no conocer los datos estadísticos. Puedo aventurarme a afirmar, que son las dificultades en los procesos de adaptación los que hacen que una pareja solicite el divorcio e el primer año de matrimonio.

¿Oiga, y a qué cree usted que se deba esto? Me preguntaban el otro día en una plática de café.
¡Fácil señorita! La mayoría de nosotros provenimos de hogares con figuras paternales moralmente débiles. Muchos otros tantos, fueron padres de hijos de adolescentes que legaron la responsabilidad de los hijos a sus padres, y otro grupo, ya no tan numeroso, fueron hijo de padres económicamente pudientes, pero incapaces psicológicamente de afrontar los retos de la educación de los hijos. ¿Qué tenemos como resultado? ¡Jóvenes, que desde niños, que están acostumbrados a salirse siempre con la suya! Y de ahí, que adaptar sus necesidades, su ego, y su discurso interno, a las necesidades, el ego, y el discurso interno del otro, suele ser bastante complicado; difícil: duro. Porque eso es algo que no conocen.

Pero, en fin. No estábamos hablando de las disfuncionalidades de las parejas jóvenes, sino más bien de las medianamente añosas.


Cuando comenzaros los debates en la Asamblea del DF, los chismes, y los dimes y diretes de todos los que quisieron meter su cuchara y hacerse oír respecto a esto que los grupos sociales conservadores sintieron como “una ofensa a las instituciones familiares”… ¿Cuál es la palabra que utilizan para calificar peyorativamente cada propuesta oportuna que se hace en beneficio y progreso de la sociedad? ¡Ah, sí! Lo calificaron de abominación y contranatura.
Después de todo esto se analizo que fuera por un periodo no de dos, sino mejor de cinco años. Después propusieron que mejor cada pareja planteara la duración. Y demás propuestas por el estilo.

Para ser honestos, la verdad ni supe en qué acabó todo esto. Pero como de costumbre, como cada buena idea que proponen. Las huestes del oscurantismo no tardan en aplastarlas.


Hace unos días pasé frente al lugar en el cual hace cosa de seis o siete años, me hice los exámenes prenupciales reglamentarios que exige la oficina del Registro Civil.
También durante el último mes he estado actualizando mucho sobre la dinámica de las relaciones de pareja; y durante la última semana me dedique a elaborar el perfil de una.

Todo esto, creo que me han llevado a analizar a fondo las problemáticas que viven las parejas en la actualidad. Es muy triste ver que muchas parejas se enamoran, se casan, crecen y demás; y después de un tiempo, comienzan las dificultades, las cuales permiten crecer hasta el grado de llegar a destruirse.


Hay un autor muy bueno, el cual es uno de mis favoritos por la manera en la cual maneja la información y por las analogías que él hace para explicar los temas, aunque con mucha tristeza les digo que su enfoque no es transpersonal, sino clínico; Dr. Albert J Bernstein. El Dr. Bernstein usa un término para referirse a las personas que están atravesando por un proceso de “adaptación” a otro u a otros, y en el transcurso llegan a olvidar, quienes son, como se llaman, para dónde van, y sus expectativas de vida. Él la llama hipnosis del vampiro emocional externo. Yo por mi parte la llamo autoengaño.

Lamentablemente, muchas de las personas que inician una relación de pareja LITERALMENTE dejan de percibir los defectos de ésta. Simple y sencillamente no están; no existen. El problema es que cuando pasa este “trance hipnótico” suele ser bastante tarde, y la pareja ya esta casada, endeudada con algún crédito, y con uno o dos hijos
[Aquí me gustaría señalar que algunos investigadores científicos proponen la existencia de un “enamoramiento químico” basado en la correspondencia hormonal que hay entre los miembros de la pareja. Este “enamoramiento químico” suele durar un promedio de 3 a 4 años].

Cuando la persona sale del “trance” y ve la realidad, la cual por cierto es muy distinta a la realidad que vivía antes de que el trance comenzara. El impacto emocional suele ser bastante duro.

¿Se imaginan qué divertido sería que Alicia al momento de salir del País de las Maravillas estuviera vieja, gorda, malhumorada y llena de hijos?

Con esto no quiero decir que sea una norma que se aplique a todos los casos. Muchas veces al salir del trance, es para darnos cuenta de que hemos sido bastante afortunados, y encontrar a nuestro lado a una persona buena, honesta y con valores. Y entonces no tener más nada que decir, sin sentirnos afortunados.
¿Pero que hacer para no correr con tan mala suerte?


Si usted mi amable lector o lectora ha llegado hasta aquí, quizá se esté preguntando que tienen que ver todas las divagaciones anteriores con el tema del encabezado.

Desconozco cuál era la finalidad original de los exámenes prenupciales de sangre. Me imagino que eran para que la pareja no tuviera problemas después a causa de esto.

Yo me pregunto entonces ¿Por qué no hacer exámenes psicológicos prenupciales, y evitarse así tanta problemática de pareja, e incluso tanto divorcio?



Espero que sigan pasando un bonito periodo vacacional, descansando a lado de sus seres queridos.

Felices Fiestas.

Terapeuta,
Daniel Fragoso.



1. A diferencia de la psicología clásica, los consultantes no se consideran "pacientes".
2. Al ser parte de un enfoque holístico e integral, se considera la totalidad de la experiencia de vida de la persona y no sólo un record clínico.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El que se agüita, ¡pierde!

(Ecología mental-emocional).



Últimamente he estado reflexionando sobre aquellas cosas que me molestan de las personas que me rodean; padres, hermanos, amigos, pareja, y demás. Y lo único que he sacado en conclusión, es que es algo muy tonto, quizás ingenuo, molestarse o enfadarse por las cosas que los demás hacen —Aún cuando creamos que estas actitudes pueden afectarnos— y digo esto porque el que nos afecten o no, dependen de nosotros mismos.

_ Durante una semana, he estado reflexionando sobre aquellas cosas que me disgustan de mi pareja, y siendo lo más honesto que puedo ser, creo que en conclusión, se reducen a aquellas actitudes en las cuales siento que no se me dan la suficiente atención (a veces creo que pecando de ególatra).

_ Recuerdo que una vez, un terapeuta, que también es clérigo ortodoxo, me dijo (refiriéndose a mis padres): “Mire, está bien que usted se sienta mal ante tal o cual situación, pero sabe qué; sus padres son adultos, están formados, y le aseguro que por nada del mundo van a cambiar sus formas de ser. Todo mundo actúa como actúa, porque cree que está haciendo lo correcto, y casi todo el mundo cree tener buenas intenciones”.


_ ¡Wow! Creo que eso era lo que realmente necesitaba escuchar, en vez de un consejo de “mire usted, hágale así o asado” o de una frasecita de consuelo y apapacho.

_ Creo que esa frase ha sido una de las determinantes en mi vida, y con el tiempo comprendí las enormes ventajas de cultivar una salud (e higiene) mental y emocional, basándome en este,y otros principios similares.

_ Otra frase muy esclarecedora, con respecto a la salud mental y las relaciones humanas, se la leí al doctor Luis Jorge Gonzáles (también teólogo y psicólogo transpersonal) en un texto en el cual se refería a las personas “autoactualizadas” (maduras emocionalmente) y dice más o menos así, refiriéndose a la forma de pensamiento de una persona madura emocionalmente:

‹‹Cuando hablas como una niña, siendo un adulto, experimento rabia. Pero tú no me haces enojar. Es así como yo decido reaccionar ante este tipo de comportamiento. Tú puedes seguir hablando como prefieras. Sólo te digo lo que siento para desahogarme y quedarme tranquilo. Percibo que algo quieres manifestar cuando adoptas ese estilo infantil de expresarte.››
[1].


_ ¡Voilá!, cuántos malos entendidos, y enojos, no nos ahorraríamos si de un principio, asumiéramos nuestra responsabilidad al momento de manifestar emociones y pensamientos negativos. La persona que nos irrita, anda muy feliz por la vida, ingenuos, y a veces tontos, nosotros que tenemos la fijación de molestarnos ante tal o cual conducta de esta.



Recuerdo que en la Normal Superior, tenía una amiga muy simpática y de gran carisma: Margarita (Maggy). Recuerdo que Maggy siempre se la pasaba repitiendo una frase muy chistosa, casi a manera de mantra “El que se agüita (molesta/enoja) pierde”. Y es verdad. Mucho tempo después descubrí que esa frasecita que a muchos les parecía bobalicona, es en realidad muy cierta.

_ Imaginemos de pronto, que la vida es un campo de batallas individuales. En algunos momentos tendremos gente tanto positiva, como adversa a nuestro alrededor. Si asumimos entonces la vida como un juego, o un más bien, como una especie de reto, en el cual el mantenerse alegres fuera sinónimo de ir ganando; y enojarse significara derrota, entonces creo que cambiaría en mucho nuestro panorama mental-emocional y tendríamos una vida más ligera, menos agobiante, y libre de estrés (al menos en lo que a la convivencia humana se refiere).

_ En su libro “La Curación Instantánea”, el doctor en psicología Serge Kahili King, menciona una anécdota curiosa en la que asistió a la conferencia de un joven francés, quien decía que el mejor remedio para la tristeza/depresión, el estrés, el mal humor, el agotamiento, etc., era tratar de mantenerse siempre felices. Cuenta que la gente se sintió muy decepcionada de la charla, la cual incluyo una sesión de preguntas y respuestas, a las cuales este joven siempre respondía como solución a todo mal “sé feliz”. Que si tienes deudas; sé feliz. Que si el marido te dejó; él se lo pierde, tú sé feliz. Y respuestas de ese estilo. Cuando la gente comenzó a abandonar el lugar, Serge Kahili se acercó a preguntarle a este muchacho el por qué de la simplicidad de su conferencia. A lo que el le respondió que el enojarnos, el deprimirnos, estresarnos y demás, repercute directamente en nuestro organismo, y esto empeora cuando la gente da rienda suelta a sus sentimientos de ira o enojo, y cuando permite dejarse vencer por la depresión y la apatía [2].

_ Al final resultó no ser tan simple (aparentemente) la propuesta que divulgaba este muchacho. Con esta razón concuerdan incluso las viejas escuelas de la psicología (considerada clásica) conductismo y psicoanálisis; que toda construcción mental tiene una correspondencia somática (en el cuerpo / orgánico / a nivel fisiológico) y ni qué decir de las propuestas de la psicología humanística de desarrollo humano, y la transpersonal.

_ En resumidas cuentas, muchas de las cosas que nos molestan de los demás, no son sino berrinches y exabruptos que llega a tener las partes más inconscientes de nuestro ego. Esto la mayoría de la veces, pero si lo que te molesta de tu marido es que te golpea, entonces bien, por sentido común, mejor retírate de esa relación que sí efectivamente es destructiva. O si el compañero de trabajo te molesta y te boicotea a propósito y con toda la intención de dañarte, pues no te quedes esperando y actúa.



Lo que yo en esta ocasión les invito es a reflexionar en aquellas pequeñas cosas que nos resultan molestas, y a veces insoportables de los demás. Cosas que no están en nuestro alcance remediar, que permitimos que nos molesten, nos amargamos la vida, y entonces vamos por ahí contaminando nuestro entorno con nuestro enojo, pesadez, malas vibras y pensamientos destructivos. Y todo por una tontería.

Porque el marido dejó la tapa del escusado abierta.

Porque mi hermana (que de por sí es medio cabeza de chorlito, y estoy consciente de ello) olvidó llamarme por teléfono, recordarme algo importante, darme un recado, o mi fecha de cumpleaños.

Porque mi sobrino mastica con la boca abierta.

Porque el motor del carro suena como matraca.

Porque alguien más histérico que yo, me mentó la madre en un crucero y no se la pude devolver.

Porque no encuentro un lugar en el estacionamiento.

Porque el hijo (que de por sí es un poquito lento en eso de los asuntos de aprendizaje, y soy consciente de ello) no saca más que calificaciones bajas.

Porque tal persona, sin razón válida ni lógica, nos cae mal, y nos amargó la vida si nos la encontramos en el supermercado, autobús, etc…

Porque mi compañera de trabajo habla como merolico sin poderse controlar, y ahí voy yo de masoquista a saludarla todas las mañanas.

Y en fin, puedo seguir el listado con frases como esta. Pero lo peor de este asunto, no es sólo que ya dejé que alguien “me hiciera perder en este juego de la vida” permitiendo que su presencia o algunas de sus actitudes me enojen. Sino que encima de todo esto, ya enojado o molesto hasta la médula, me dedico a ir por la vida reproduciendo este esquema de enojo, echando pestes por todo, regañando al hijo por una nimiedad, o riñendo con las esposa al llegar al trabajo, o simplemente dejando por cualquier lugar a donde vamos, un rastro de mala vibra, crítica destructiva, y una espesa nube negra de contaminación mental-emocional.



Así que recuerden siempre y en todo momento:


El que se agüita, ¡pierde!.





Para terminar les dejo esta hermosa oración del máximo expositor de la Terapia Gestalt
(por mi parte creo que sería simpático reemplazar los votos tradicionales de las bodas, con esta frase que expresa actitudes muy inteligentes y sanas):


“Yo hago mis cosas y tú haces las tuyas.
Yo no estoy en este mundo para realizar tus ex-
pectativas, y tú no estás en este mundo para
realizar las mías.
___ Tú eres tú y yo soy yo.
___ Y si por casualidad nos encontramos,
___ es bello.
___ Si no, ni remedio.

_____________________ F.S. Perls (Gestalt).

Bendiciones, éxitos, y feliz año.




Daniel Fragoso,

Psicólogo Transpersonal,
Consejero/Educador Sexólogo.






1. Terapia: Plenitud Personal; Luis Jorge González; Editorial FONT. Roma, 1986.
2. La Curación Instantánea; Serge Kahili King; Editorial SIRIO; año 2000.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Dos videos muy interesantes.

.


Creo que estos dos videos pueden ayudar a replantearnos y a cuestionar el sistema educacional, tanto el que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas, así como aquel que reproducimos con nuestros alumnos.







¡Que tengan buen día!


Daniel.

martes, 6 de diciembre de 2011

YA BASTA!!!!

Creo que va llegando el momento en que todos hagamos algo.
Vale la pena reflexionar bastante al respecto.
Algo similar podría estarle pasando (o llegarle a pasar)
a alguna persona que ames.




YA BASTA!!!!

Esto no debe seguir así.

Te reto a que lo pongas en tu muro,
por lo menos durante una hora.
Si no lo haces,
entonces creo que estarás de acuerdo
en que esto siga pasando...

lunes, 5 de diciembre de 2011

Relaciones Sexuales Durante el Embarazo.

Mitos, creencias y tabués.





Durante mucho tiempo, el embarazo, fue considerado prácticamente como una especie de enfermedad discapacitante.

_ Tan sólo basta con escuchar los “consejos” de madres y abuelas, que prestas se hacían escuchar dando sus opiniones sobre lo que debía o no debía hacer una joven embarazada.

_ Desde el sabido consejo de que “hay que comer por dos” y que prácticamente se debe de estar en cama durante todo el embarazo. Hoy no sólo resulta ser poco práctico, sino que a muchos, casi nos parecieran una abominación.

“Que si la mujer embarazada no debe trabajar. Que si no puede hacer ejercicio físico. Que si no debe viajar. Que no debería conducir un automóvil. Que hay que ser sutiles y delicados al estar frente a una mujer embarazada, para evitarles disgustos y ‘emociones fuertes’”… En fin, un sin numero de creencias y mitos arraigados en torno el embarazo.

— ¡Como si todas las embarazadas fueran iguales! ¡Como si todos los embarazos fueran igual! —

_ Sin embargo, hay un especial asunto, el cual sigue generando cierta incomodidad al momento de abordarse. Y aún con toda esa cantaleta de “la mujer liberada, la apertura sexual, y siglo veintiuno” que siempre hace su aparición cada vez que se habla sobre algún “asunto femenino”.

_ Sin embargo, queridos lectores y lectoras, la realidad es otra.

_ Y digan lo que digan…

¡El sexo durante el embarazo continúa siendo un tema tabú!

_ Del cual poco (realmente poco) se habla. Lo cual contribuye a que siga siendo un tema tabú.


_ Y por tabú no me refiero propiamente a que sea un asunto censurado o vetado, sino que más bien resulta que en la práctica, las “parejas embarazadas” continúan sufriendo del terrible mal de la ausencia y espaciación de las relaciones sexuales. Las cuales conforme va avanzando el embarazo, comienzan a hacerse cada vez más, y más esporádicas, o en definitiva se interrumpen. Y lo más delicado de este asunto, es que la mayoría de las veces, esto ocurre “sólo como algo que va prácticamente implícito al embarazo”; sin que la pareja llegue a discutirlo (o sugerirlo) el continuar o no continuar manteniendo relaciones sexuales mientras la mujer está embarazada.


El común lamentable en las parejas mexicanas, es que el hombre se distancie sexualmente de su pareja durante el embarazo.






Hace cosa de cincuenta años, o más, las razones médicas sostenían que se debían de suspender las relaciones sexuales durante el embarazo. Esta opinión fue cambiando progresivamente hasta que muchos doctores determinaron que las relaciones sexuales debían de ser suspendidas cuando el embarazo se hiciera evidente. Es decir, que cuando el abdomen comenzara abultarse. Ya que se consideraba que el sostener relaciones sexuales, cuando el producto ya alcanzaba un considerable tamaño, podía resultar riesgoso tanto para su desarrollo, como para la salud de la madre.

—Aquí cabe hacer un paréntesis para señalar el alto índice de mortandad infantil, mortandad durante el embarazo y de aborto espontáneo que se vivían hace poco más de dos generaciones (hablemos por ejemplo de las épocas en las que las madres de nuestras madres estaban en edades fértiles) —.

Sin embargo, hoy en día, no existe alguna razón médica de peso, para suspender la vida erótico-afectiva de una pareja embarazada

(salvo las excepciones de casos MUY PARTICULARES).

Muchos autores de literatura médica relacionada al campo de la sexualidad: McCary (1988), Javert (1960) Rosen (1980); coinciden en que es recomendable (más nunca obligado) la suspensión de las relaciones sexuales unas seis semanas antes del parto, y esto por razones de que “resulta prácticamente imposible que la mujer se sienta cómoda en alguna postura que permita la penetración vaginal” (y nótese que aquí hace un específico énfasis a la genitalidad, sin tomar en cuenta otras expresiones eróticas que no se limiten a la penetración).

_Por su parte Bing & Colman (1977) tras hacer una investigación sobre la conducta sexual de la mujer embarazada, apuntaron que en la mayoría de los casos, los médicos prescribían la suspensión de las relaciones sexuales entre uno o dos meses antes del parto. Esto porque se tenía la creencia generalizada de que podían provocar un parto prematuro.

_ Sin embargo, cabe señalar, que es muy probable que los autores arriba mencionados, no consideraran el hecho de que una mujer embarazada, se encuentra generalmente más distendida, y apta para la penetración vía vaginal, ya que en los últimos meses, el cuerpo de la mujer se encuentra precisamente preparándose para el parto. A no ser estos autores carecieran de imaginación en cuanto respecta a “ingeniería/imaginería” sexual, debemos rescatar que existen varias posiciones sexuales que permiten una penetración que pudiera resultar muy grata para la mujer embarazada.

— Y hay que destacar el hecho de que nadie consideraba el impacto psicológico positivo que implica el contacto erótico para una mujer embarazada, y para la pareja en general. Lo cual tiende a reforzar ese vínculo de unión que se acrecienta al continuar experimentando de la vida sexualmente activa durante el embarazo—.



La importancia del contacto afectivo.

Otra mentira bastante común, en lo que respecta al embarazo, es que se trata de “la mejor etapa de la vida de una mujer”. Falso. Quien haya estado embarazada, o por lo menos, quien haya convivido con una embarazada, sabrá que se trata de una etapa bastante complicada e incómoda. Y tal pareciera que cada vez lo es más, esto considerando las exigencias cotidianas que tienen la mayoría de las mujeres en edad productiva (y reproductiva).

_ La gran, GRAN mayoría de las mujeres sufre diversas molestias durante el embarazo. Ocupando un primerísimo lugar aquellas que están relacionadas con los cambios hormonales bruscos a los cuales están expuestas.

_ Sin embargo, muchas de estas molestias pudieran controlarse un poco gracias a los “efectos secundarios” de las relaciones sexuales.

_ Es bien sabido que los dolores leves de cadera, huesos y cabeza, contracturas musculares, mal humor y malestar en general, pueden reducirse o desaparecer gracias a las cantidades de serotonina y oxitocina liberadas antes y después de las relaciones sexuales ¡Y ni qué decir delos efectos terapéuticos del sexo para el estrés!

_ Además que el sentimiento de bienestar consecuente de una vida sexualmente activa, es el mejor remedio para cualquier tipo de malestar tanto físico como sentimental.

_ Cabe señalar que además de los beneficios físicos que puedan aportar las relaciones sexuales. También debemos señalar, que más allá del contacto físico, y de las sensaciones eróticas placenteras. Es muchísimo más importante el vínculo afectivo, cálido, amoroso y tierno, de empatía y compromiso, el cual se ve potencializado, en la pareja, cuando se espera la llegada de un nuevo ser.


A mi parecer, las investigaciones mas serias en lo referente a la sexualidad de la mujer embarazada fueron llevadas a cabo por las sexólogas Bing y Coleman (con su libro Making Love During Pregnancy, 1977), Sheila Kitzinger y Rosen (1980).

_ Bing y Coleman, realizaron el estudio con mujeres que estaban siendo entrenadas en el llamado “parto psicoprofiláctico” y que además llevaban un excelente seguimiento médico y orientación e información oportuna, estando bien asesoradas durante todo su embarazo. Finalmente este grupo reportó, que lejos de experimentar una disminución del apetito sexual, la mayoría de las mujeres vivió un incremento de deseo (y satisfacción sexual) durante las primeras y últimas semanas del embarazo (cabe aquí destacar que muchas mujeres han experimentado su primer orgasmo, durante las primeras semanas de su primer embarazo).

_ Otros estudios posteriores, reportarían casos en los que algunas mujeres decían haber recurrido a la actividad sexual en las últimas semanas de gestación, como medio para mitigar la congestión pélvica y mamaria.

_ Rosen (1980), por su parte, reporta un aumento estadístico en el deseo sexual, de las mujeres que fueron encuestadas. Ella lo atribuía al hecho de que la mujer se sentía liberada del factor estresante (tanto a nivel físico como psicológico) que está implícito en la metodología anticonceptiva. Por ejemplo, el nerviosismo y la ansiedad que muchas mujeres experimentan por el temor de que el anticonceptivo de ocasión (por ejemplo el condón) llegara a fallar. O incluso el estresor químico generado por los anticonceptivos orales. De ahí que al tener la certeza de estar embarazada, la mujer se sienta un tanto desinhibida, e incluso más abierta a la creatividad y a dar rienda suelta a sus apetencias sexuales (esto principalmente durante el primer trimestre).



Finalmente, puedo atreverme a aconsejarles a todas las mujeres que se atrevan a sacarle ventaja a algunos cambios fisiológicos que se dan durante el embarazo.

1) Por ejemplo, el crecimiento, endurecimiento y congestión de los pechos, puede ser un plus para el jugueteo sexual, ya que generalmente vienen acompañadas de una ampliación de sensibilidad en los pezones, y un sentimiento de voluptuosidad, tanto para las mujeres, y ni que decir de sus parejas.

2) El exceso de lubricación vaginal (en diversas etapas del embarazo, pero principalmente en las primeras y últimas semanas) generalmente se acompaña de una cierta propensión hormonal (similar al ocurrido durante la ovulación) lo cual facilita la penetración vaginal. Con lo cual se reportan relaciones sexuales muy placenteras.

3) Muchas mujeres dicen reportar repentinos aumentos de calor (acompañadas muchas veces de repentina lubricación vaginal) sin una aparente causa, las que las hace sentirse excitadas. Muchas de ellas incluso llegando a reportar orgasmos si fritan sus paredes sexuales mientras caminan, o al contraer el músculo PC. —La literatura médica ha reportado casos de multiorgasmía cuando la mujer sostiene relaciones sexuales durante estos “episodios” repentinos—.

4) Existe una correlación entre una mayor facilidad de parto natural en aquellas mujeres que mantienen su vida sexualmente activa de manera regular durante el embarazo.


Así, que mis queridos amigos. No hay ninguna razón para que dejen de hacer la tarea cuando estén “embarazados”.



Y recuerden que todos los momentos de la vida y la sexualidad son hermosos. Por tanto el embarazo no tiene por que ser la excepción. Y recuerden que para todo gran cambio, es necesaria una dosis de imaginación, ingenio, creatividad y buen humor…


Daniel Fragoso,
Terapeuta Holístico.