martes, 8 de mayo de 2012

La mediana edad y el temor a la disfunción eréctil.




Algo que nadie nos dice sobre el desempeño sexual masculino, es que a lo largo de nuestra vida habrá ocasiones en el que nuestro rendimiento sexual no sea el óptimo. Esto puede deberse a diversos factores tanto emocionales como fisiológicos de entre los cuales los más comunes suelen ser fatiga, depresión, estrés, consumo de ciertos medicamentos, alguna enfermedad transitoria, anemia e incluso por sobreentrenamiento físico. Esto puede ocurrirle a cualquier individuo de cualquier edad y es conveniente estar preparados emocionalmente por si llegara a ocurrir. Pero, sobre todo, hay que estar muy bien informados.

Muchas veces los consultantes varones acuden muy preocupados a consulta sexoterapéutica después de algún “encuentro sexual desafortunado” en el cual su rendimiento sexual no es el que ellos hubieran deseado. E inmediatamente dan por hecho que padecen disfunción eréctil:
— Por favor doctor ¡Ayúdeme!; esto nunca me había pasado.
— Haga el favor de tranquilizarse. Si nunca le había pasado, es poco probable que le vuelva a ocurrir.

Pese a que este tipo de casos, generalmente aislados, o quizás eventuales, pueden deberse a una infinidad de factores, siempre suelen ser muy preocupante para quien atraviesa por esta situación. Ya que en una cultura en la que pese a todo prevalecen el machismo y los estereotipos sexuales, suele ser una realidad difícil de afrontar el que en algún momento de nuestra vida tengamos dificultad para lograr, o mantener, una erección de calidad.



Aunque estos eventos suelen presentarse de manera aislada y transitoria a lo largo de la vida de cualquiera, resulta ser más preocupante cuando un hombre de mediana atraviesa por una experiencia de este tipo. Todo esto por el temor a la “cuota” que cobran los años (es decir, que inmediatamente comenzamos a pensar que se trata del “fantasma de la edad”). Pero afortunadamente no siempre es así.

Si somos lo bastante objetivos. Podremos darnos cuenta que las tensiones y la carga de trabajo muchas veces son para las personas que están más capacitadas y tienen más experiencia en sus labores. Es decir, que existe un grupo de edad predominante entre las personas propensas a sufrir de situaciones estresantes de diversa índole, y me refiero a aquel grupo que generalmente consideramos como de “mediana edad”; hombres maduros, aún jóvenes.

Si consideramos que este grupo está más expuesto a estresores que van de lo laboral a lo sentimental, pasando por muchos malos hábitos de la vida cotidiana moderna. Podemos concluir acertadamente que esta gama de circunstancias pueden favorecer a que se padezcan episodios aislados de disfunción eréctil.
Lamentablemente la cultura de desinformación, aunado al temor mismo de fallar en la intimidad, y a conductas irresponsables como la automedicación. Llevan a que muchas personas tomen la mala decisión de experimentar con las pastillas comerciales que garantizan “la erección en la presentación de una pastilla azul”. Poniendo entonces verdaderamente en riesgo su salud (e inclusive sus vidas si es que existe algún padecimiento cardiovascular). Cuando todo lo que quizá hubiese necesitado sólo fuera de un par de días de descanso, o quizá simplemente tomar un vitamínico.



Recomendaciones prácticas.

Si eres un hombre de mediana edad, o de cualquier edad, y de pronto te das cuenta de que estás teniendo problemas con la calidad de tu erección: ¡Ánimo! Puede tratarse quizá tan sólo de una indicación de que duermas una hora más, o quizá de que cuides tu alimentación, que dejes de fumar o que te ejercites regularmente. Y sobre todo, presta mucha atención a la siguiente frase: “No necesariamente significa que estés padeciendo de disfunción sexual”.


También puedes seguir los siguientes consejos.

• Cuida tu peso cuidando tu alimentación.
• Procura actividades que te ejerciten y te relajen, como la natación.
• La practicar el Hata Yoga (“Yoga de las posturas”) es considerado como el “ejercicio de la sexualidad”.
• Deja de fumar y disminuye el consumo de alcohol.
• Puedes ayudarle a tu sistema cardiovascular consumiendo regularmente jengibre y ajo; este último preferentemente por las mañanas, crudo y en ayunas.
• Reforzar nuestra salud con un multivitamínico nuca está de más. En estos casos es recomendable el uso de aquellos reforzados con arginina, y el complejo B.



Daniel Fragoso.
Sexólogo.
Terapeuta Transpersonal.

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